El monopolio occidental sobre los medios de comunicación, trató de visualizar la derrota del bloque burocrático oriental como si fuese la victoria del estilo de vida occidental, tratando la maquinaria de dichos medios, los norteamericanos sobre todo, de definir al estilo de vida norteamericano (el tradicional y el nuevo), como si fuese un mercado activo, integral e influyente sobre la existencia humana, a quien permite a su vez, poder progresar, desarrollarse, administrarse y democratizar sus instituciones.
Esta vinculación, entre la idolatría del mercado y el lanzamiento de la globalización económica, relativizando el papel del otro, rechazando la identidad de un mundo múltiple y rechazar la idea de una visión humana e integral sobre los derechos y las libertades, todo ello, creó un verdadero socavón entre el centro del norte por una parte, y las necesidades de los pueblos y las personas en medio de un sistema internacional nuevo bajo la hegemonía heredada, por la otra. Dicha hegemonía heredada (de forma legal o no) producto de la época de lucha bipolar y la guerra fría, se deshizo de los elementos inconvenientes para su visión sobre la vida y la existencia y que contenía su herencia tirándolos al cubo de la basura, preservándose todo aquello que fortalece su visión unilateral, tanto en el análisis, como en la práctica. Esta visión batalló a nivel mundial y sin piedad, utilizando todos los medios a su alcance para fortalecer su hegemonía, cuyo precio, pagaron y con creces los países del sur. En este sentido, el continente latinoamericano, fue el campo donde los sucesivos gobiernos norteamericanos habían realizado todas sus obsesiones para: permitir la continuidad de la hegemonía y succionar sus recursos, diseminar los medios que podían facilitar su levantamiento y crear clases sociales sometidas a sus intereses. Empezando por la fabricación del Estado de Panamá, pasando por el golpe de estado de Pinochet, a dirigir los “contra”, o la política de procrear “Chicago boys” y las empresas que reeditan, directa e indirectamente, las teorías norteamericanas. Hasta tal punto que, llegaron a reclamar la suspensión de los procesos electorales, considerando a éstos, como medios populistas dañinos para los pueblos del continente latino, ya que, sus aliados no tenían esperanza para obtener éxito alguno. Estas políticas, favorecieron el nacimiento de gobiernos corruptos por excelencia, burocráticos hasta la calificación, con abismales desigualdades sociales, deudas y retrasos económicos, sociales y culturales.
El neoliberalismo transformó la famosa frase de Vanson Du Gournay cuando decía: “déjale trabajar, déjale pasar”, convirtiéndola en una frase más concisa y que radicaliza, aún mas la discriminación dentro de la economía del mercado, y es como si dijera: “deja al occidente trabajar, deja que la mercancía pase”, con todo lo que ello conlleva a nivel de los derechos básicos del ser humano quien está fuera del centro de control.
Los gobiernos norteamericanos, sin distinción, consideran al espacio latino-americano como si fuera el patio trasero donde pueden plantar todo lo que les plazca, haciendo fracasar los intentos de independencia o de variar los centros de influencia. No se detuvieron a la hora de embargar al ejemplo cubano de una manera que no le permitía más que encerrarse, favoreciendo la represión interna para hacer de él, un ejemplo contrario a las ambiciones del continente para la libertad. A pesar de todo ello, la lectura neoliberal comenzó a desmoronarse por su impotencia a la hora de ofrecer suficientes respuestas para tratar y enfrentarse a las crisis del continente. Y después de ver más de una forma de agonía que se manifestaron en algunos casos en cambios de líderes, seguidos por golpes de estado rápidos, más rápidos que los que tuvo Siria a finales de los años cuarenta, aparecieron nombres y visiones políticas más compactos que los de la izquierda tradicional, aportando la experiencia de ésta, con una renovación crítica y, permitiendo la producción local de un ejemplo de gobierno que facilitase la vuelta de sus países a la historia. En este sentido, los acontecimientos del 11S en EEUU, marcaron el inicio de un desvío histórico, al transferirse el centro de atención e interés de este país a lo que llaman el Gran Oriente Medio y a la guerra contra el terrorismo, orientándose las lupas norteamericanas, al mundo islámico.
“Este momento histórico”, tomando de prestado esta expresión apreciada por Hegel, primero y por Marx después, no fue despreciado por los pueblos que anhelaban su libertad, por la cual, trabajaron desde la época de la revolución bolivariana, la mexicana y los movimientos de liberación y resistencia contra las dictaduras de distinta índole, y hasta el día de hoy. Recuperaron desde lo más profundo de la memoria y de la historia, en aras de fortalecer el nuevo lanzamiento hacia la liberación, la anticipada traducción de la declaración de derechos del hombre y del ciudadano, cinco años después de su edición como respuesta al retrasado régimen español, Simón Bolívar, y su movimiento de liberación con una visión latino-americana unitaria, el movimiento negro de Haiti hace más de dos siglos, el ejemplo de la Gran Colombia hace 190 años (Colombia, Panamá, Venezuela y El Ecuador) como un ejemplo para unificar al continente, comprender los puntos débiles de la experiencia cubana, aprender de la cultura occidental y enriquecerla para adecuarla a la realidad latina, fortalecer los derechos políticos y civiles para poder trasladarse desde la democracia representativa, a la democracia participativa con una dimensión social que permita menguar los espacios de pobreza, enfermedad e ignorancia, tratando de construir estructuras paralelas a las empresas económicas que soportan a la hegemonía de EE UU, partiendo desde la necesidad de una existencia múltiple que permita enriquecer la existencia del hombre y rechace cualquier unilateralidad mesiánica y salvadora. Librarse del complejo sobre la superioridad del ejemplo occidental y la necesidad de inventar respuestas prácticas a los problemas reales, sin copiar ni suprimir.
Las múltiples visiones y horizontes que existen entre Brasil, Chile, Venezuela, Bolivia, El Ecuador o Nicaragua, aparecen como materia prima que producen, al dia de hoy, una nueva cultura múltiple a nivel del continente. Y al ser el ejemplo venezolano, quien pudo distinguirse por varias propiedades que unen las ambiciones por el cambio y las crisis que éstas producen en el continente, sería bueno detenernos ante ello:
Venezuela Bolivariana:
Todas las acciones del joven Hugo Chávez, el presidente ciudadano, se ligaron a la experiencia de Simón Bolívar (1783-1831), quien había librado hace dos siglos del colonialismo español, a seis entidades políticas establecidas al día de hoy (Bolivia, Colombia, Panamá, Venezuela, Ecuador y Perú), importando una serie de principios revolucionarios de la Europa de aquellos tiempos, hacia América-Latina. Se inspiró en la idea de la liberación multirracial y cultural, a través del movimiento de liberación negro en Haiti, además, de la experiencia de la izquierda radical venezolana. Y debido a más de una amarga experiencia, es extremadamente cauteloso frente al partidismo que le causó al pueblo, en distintas etapas, más de una frustración, entonces, era necesario devolver a cientos de miles de ciudadanos a creer en la participación política de la que fueron apartados en algunas ocasiones y, de la que se apartaron por voluntad propia en otras. Además, era necesario concretar las prioridades de la reforma que podían permitir una convivencia entre los diferentes componentes de la sociedad. Por eso, uno podría sorprenderse al ver que la experiencia cubana en sus inicios (acabar con el analfabetismo, reducción de alquileres, nacionalizar las eléctricas y asentar la reforma agraria en cinco años) no ha sido la referencia para Venezuela, aunque acabar con el analfabetismo y garantizar la seguridad social estaban entre las prioridades de Hugo Chávez, pero también lo estaban la lucha contra la corrupción, garantizar la libertad de expresión, organización y reunión, así como, la transparencia de los procesos electorales y la creación de espacios de participación popular donde se trabaje para, garantizar los derechos básicos del ser humano como base de la constitución Bolivariana.
Es posible que no estemos exagerando si consideramos que la constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es el primer y más importante logro de esta experiencia. Esta Constitución, considera a Venezuela como un estado democrático y social, un estado de derecho y justicia que valora los derechos del hombre como una referencia central, considerando al espacio geográfico-nacional, una zona de paz donde no se pueden instalar bases o instalaciones militares extranjeras (artículo 13).
Considera a la enseñanza como derecho del hombre y un deber social básico, democrático, gratuito y obligatorio que ha de asumir el estado (articulo 102)… También lo es la sanidad (artículo 83), la seguridad social (artículos 86), la vivienda (artículo 82), el trabajo (artículo 87) y garantizar los derechos de las personas con necesidades específicas (artículo 81).
Existe una parte para los derechos culturales y educativos, derechos económicos, derechos de los indígenas y derechos medioambientales.
Los derechos humanos consagrados en convenciones internacionales y regionales no pueden ser derogados aun en el caso del estado de excepción.
Los poderes públicos independientes son cinco: el ejecutivo, el legislativo, el judicial, el electoral y el poder del ciudadano (éste último se recoge entre los artículos 273 a 279 de la Constitución). Se han celebrado desde la elección del actual presidente en 1998, once procesos electorales, distinguidos por su honestidad y transparencia, el último, fue el pasado 3 de Diciembre de 2006, donde se reeligió al presidente Chávez para un segundo mandato con un 62% de los votos y donde la participación fue superior al 75% del volumen electoral.
El actual presidente, así como la corriente que le apoya, fueron víctimas de los medios de comunicación venezolanos sometidos a aparatos económicos y financieros contrarios a su proyecto. Trató de librar a los medios de lo que se podría llamar: desviación del cuarto poder, que en muchas ocasiones, se habían alzado como una herramienta de difamación y calumnia anti-ética en contra de sus adversarios y, con una ausencia casi total de cualquier tipo de interpelación judicial. Por eso, se legisló una nueva ley de prensa que garantiza una total libertad para los periodistas y prohíbe la incitación a la guerra, atacar a la tolerancia religiosa y étnica y condena a la discriminación.
Hasta el dia de hoy, la prensa escrita está en manos de la oposición. Existe un solo canal de televisión favorable a la corriente del presidente, mientras, hay varios canales para la oposición. No existe en el país ningún caso de detención arbitraria o administrativa.
No era fácil para el ciudadano Chávez, como gusta llamarle los que le quieren, luchar contra la corrupción y la burocracia calcificada donde domina el amiguismo, el clientelismo y unas redes mafiosas variopintas. En muchos de sus proyectos de reforma, necesitaba de elementos de fuera del aparato para agilizar la necesidad de la reforma, y ofrecer así a los ciudadanos, sus derechos succionados, particularmente, el derecho a la salud y a la enseñanza, sobre todo, en las zonas apartadas del país y en los barrios pobres. Así fue como se contrató a sesenta mil médicos cubanos para construir un centro de cuidados sanitarios y hasta que se faciliten cuadros médicos locales.
Además, existe un proceso para hacer participar a la gente en la administración de sus asuntos a través de miles de células bolivarianas, asambleas populares, nuevos sindicatos, asociaciones de mujeres, estudiantiles, comités de tierra urbana y agrícola y decenas de cooperativas que hacen de Venezuela de la década del 2000, una sociedad dinámica y activa.
El registro de los logros de estas agrupaciones sobre el terreno, requiere de un amplio estudio. He podido seguir las actividades de varias agrupaciones, siendo éstas, una verdadera expresión de los comités no gubernamentales que se basan en sus propias iniciativas, concretando las misiones y los medios locales. La eficacia y los resultados varían según las zonas, los cuadros y la comprensión del concepto nuevo del Estado que rechaza el principio de tutela y, depende en la participación para la toma de decisiones y lucha sin tapujos contra la burocracia y la corrupción. Es notable el gran rol de la mujer en estas iniciativas, así como la presencia de diferentes componentes culturales y étnicos del país. El Instituto Nacional de la Mujer estableció miles de puntos de encuentro en todos los Estados para sensibilizar a las mujeres sobre las distintas formas de violencia doméstica y laboral, recordándoles sus derechos y organizándolas para poder conseguir los pequeños préstamos públicos que las permiten ser activas e independientes en la economía.
Los derechos del ser humano y la democracia, están en el centro del proyecto bolivariano, ya que, se considera que el socialismo del siglo XX fracasó por la falta de democracia y por la falta de una participación directa de los ciudadanos. He ahí, las últimas elecciones fueron un ejemplo de honradez y transparencia, donde se puso en marcha la votación electrónica fortalecida por la toma de huella digital para distinguir cada voto, revisado por urnas paralelas con papeletas y con la presencia de los representantes del pueblo y de los candidatos en cada colegio electoral durante la votación, el escrutinio y la revisión. Estas elecciones marcaron el inicio del triunfo de la idea del poder electoral independiente, cuya honestidad y credibilidad, sobrepasan al ejemplo occidental, teniendo en cuenta la introducción de los medios tecnológicos modernos para fortalecer la democracia.
Sin duda alguna, la experiencia venezolana vive sus momentos más críticos por estar en una transición delicada que conlleva muchas incógnitas. Hugo Chávez había heredado un país que vive desde hace más de cuarenta años del petróleo que representa el 50% de la recaudación por impuestos y el 80% de las exportaciones, y a pesar de la fertilidad de sus tierras y riqueza de sus recursos naturales, importa el 70% de sus necesidades alimenticias. Con todo ello, Venezuela es el quinto pais con mayor reserva petrolera y las estimaciones de los recursos naturales del subsuelo son suficientes para cubrir ampliamente las necesidades de la poblacion. Así también, se han establecido las bases de un estado de derecho que respeta los seis derechos del ser humano (economía, social, cultural, política, civil y medioambiental), devolviendo la confianza en la política y la participación de millones de seres humanos en ella. Y gracias a la ausencia de una ideología bloqueada, la política recupera su capacidad de creación y renovación, a pesar de los obstáculos internos y los desafíos externos.
Lo que llama la atención, en medio de los centros del cambio latinos, es que esta experiencia no sufre de cualquier complejo y está lejos de los grupos de presión europeos o norteamericanos, donde estos grupos se ubican dentro del bloque contrario al cambio, debido a sus intereses y sus vínculos con la mentalidad de la hegemonía unilateral. Por esta razón, encontramos al bloque favorable al cambio más cercano y comprensivo hacia las causas árabes y hacia el sufrimiento de los pueblos del sur. Este bloque de cambio, está más capacitado para construir puentes de diálogo, coordinar y crear redes con las partes que expresan las diferentes resistencias civiles en el mundo árabe.
¿Acaso, no es hora ya para que intelectuales, juristas y demócratas árabes salgan del centro de la referencia ideológica semi mecánica, basada en el ejemplo occidental de democracia, y pasar directamente hacia los países del continente latino-americano donde abundan las experiencias más genuinas y que no están cargadas con complejos de inferioridad ni de superioridad, y que tampoco requieren de un certificado de buena conducta?
*Intelectual árabe-sirio residente en Francia. Portavoz de la Comisión Árabe de Derechos Humanos y Presidente de la Oficina Internacional de ONGs Humanitarias.
Traducido del árabe por Jamal Halawa : 14/01/2007